La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el maltrato de las personas mayores como un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona mayor, así como la falta de medidas para evitarlo, en el contexto de una relación basada en la confianza. [1] Este maltrato puede ocurrir en entornos comunitarios o institucionales y adoptar muchas formas, como abuso físico, psicológico, financiero, sexual y desatención. La OMS estima que una de cada seis personas mayores de 60 años sufre algún tipo de maltrato [2]. Con el rápido envejecimiento de la población, se prevé que el número de personas mayores que sufren malos tratos aumentará, alcanzando 2.100 millones para 2050 [3]. El maltrato puede tener graves consecuencias, como mortalidad, lesiones físicas, depresión, deterioro cognitivo, pobreza y el internamiento en instituciones de cuidados de larga duración. A pesar de su gravedad, el maltrato de las personas mayores recibe poca atención. Para generar un verdadero impacto y proteger a nuestros adultos mayores, es fundamental seguir un enfoque estructurado que incluye las siguientes acciones:
1. Sensibilizar.
2. Identificar.
3. Prevenir.
4. Abordar.
Sensibilizar: es el primer paso hacia el cambio, va más allá de informar sobre la magnitud y gravedad del problema, implica educar sobre las distintas formas de abuso y maltrato y sus devastadoras consecuencias en la vida de las personas mayores, fomentando una conexión emocional y una comprensión profunda del sufrimiento que el abuso y maltrato causa en las personas.
Identificar: para abordar eficazmente el maltrato y abuso en la vejez, es crucial saber identificar las señales de abuso. Estas señales pueden ser físicas, como moretones y fracturas, o emocionales, como depresión y ansiedad. También es importante estar atentos a signos de abuso financiero y negligencia. La identificación temprana es vital para intervenir a tiempo y proporcionar el apoyo necesario a las víctimas. La formación de profesionales de la salud, cuidadores y miembros de la comunidad en la detección de estas señales es esencial para una respuesta eficaz.
Prevenir: es el pilar fundamental en la lucha contra el abuso y maltrato en la vejez. Las estrategias preventivas incluyen la creación de entornos seguros, tanto en el hogar como en instituciones, y el establecimiento de políticas y programas que protejan a los adultos mayores. Las medidas de prevención también deben incluir la capacitación de cuidadores y profesionales para manejar situaciones de riesgo y la promoción de una cultura de respeto y dignidad hacia las personas mayores.
Abordar: finalmente, es crucial abordar los casos de maltrato y abuso de manera efectiva. Esto implica proporcionar apoyo inmediato y continuo a las víctimas, asegurando que reciban la atención médica, psicológica y legal necesaria.
La Semana de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez destaca la necesidad de tomar acciones efectivas y coordinadas para proteger a nuestros adultos mayores. Sensibilizar, identificar, prevenir y abordar el maltrato es esencial para crear una sociedad justa y equitativa, donde las personas mayores vivan con dignidad y seguridad. Es nuestra responsabilidad colectiva garantizar que reciban el respeto y la protección que merecen, trabajando juntos para erradicar el maltrato en todas sus formas.
[1] Maltrato de las personas mayores (who.int)
[2] Maltrato a las personas de edad (who.int)
[3] Maltrato de las personas mayores (who.int)
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